top of page
  • Foto del escritorFernando Santacruz

Antígona

El pasado fin de semana "Sin lugar para la paz. Antígona" finalizo temporada en el Teatro Sergio Magaña y nosotros no pudimos perdernos esta oportunidad de revivir este clásico, aquí nuestras impresiones...


La revuelta de Polinices ha llegado a su fin con la muerte de ambos hermanos, Creonte ha reclamado el trono para sí, ordenando a su vez que se le brinden los ritos fúnebres a Eteocles a quién trata como héroe, mientras que a Polinices ordena que lo dejen para los perros, pero Antígona no puede quedarse cruzada de brazos mientras su hermano se pudre a las afueras de la ciudad y decide rebelarse ante el nuevo monarca. Anteponiendo el derecho divino al del regente, entierra a su hermano considerado traidor, poniendo en riesgo su propia vida.


Dramaturgia: Adaptación Mario Rendón. Dirección: Bruno Boludo. Elenco: Rodrigo Magaña, Ximena Larrañaga, Mario Rendón, Yam Acevedo, Carlos Tavera, Nano Letho y Bruno Boludo.

Nuestra reseña...

Sin lugar para la paz. Antígona


Hace unos días recordé una entrevista que le hicieron al gran escritor sueco Hennig Mankell en la que decía que su gran fuente de inspiración para escribir novela criminal era la tragedia griega. Ponía de ejemplo a “Medea”, de Eurípides, en la que una mujer mata a la amante de su esposo y a sus propios hijos en un acto de venganza. Meditativo, Mankell agregó la siguiente frase: “si eso no es una historia sobre crimen, entonces no sé qué es.” Me pareció muy interesante porque se estableció un nexo entre la tragedia griega y las narrativas modernas—en específico una muy particular como lo es la novela negra. En ese sentido, la influencia de los textos griegos, y por supuesto de su mitología, es indispensable para entender los productos culturales moderno, pero también para entender los mitos actuales, las narrativas en las cuales organizamos los eventos de la vida humana en el presente y, claro está, nuestros sueños y esperanzas para el futuro.


En eso estaba pensando cuando asistí a la ultima función de “Sin lugar para la paz. Antígona” de Darja Stocker y dirigida por Isael Almanza. Se trata, por supuesto, de una reinterpretación del mito de Antígona y de la tragedia clásica de Eurípides. Esta nueva versión trata de hacer latente la idea de que el mito como narrativa es universal y perene, y que puede ayudarnos explicar fenómenos sociales y culturales que ocurren hoy en día. De esta manera, la obra nos habla de muchos temas como el conflicto migratorio en medio oriente y Europa, las guerras civiles, el drama de la desaparición forzada, la resistencia social, y la lucha por la dignidad humana. Para lograrlo, se recurre a la figura de la mítica Antígona, que aquí se multiplica y encarna en tres mujeres diferentes que irán llevando el peso de la trama hasta su confrontación con Creonte, quien desde un sombrío palacio gobierna a un país casi inexistente, lleno de muerte y devastación.


La reinterpretación de Stocker del mito griego es bastante interesante, particularmente me gusta el desdoblamiento de la protagonista en tres personajes: Antígona se revela como un símbolo con muchos significados, aunque todos ellos parecen encaminarse a la búsqueda de un futuro mejor, más justo, más humano. La puesta en escena de Isael Almanza es enigmática e invita al juego escénico de una manera provocadora a través de una caracterización de personajes peculiar, casi surrealista al igual que una escenografía que se antoja anacrónica a propósito para lograr un acento incómodo y perturbador.


Una mención especial merece el elenco completo. Desde las tres Antígonas, interpretadas por Patricia Hernández, Karen Alicia y Dulce Mariel; hasta los personajes de Hemón, (Roldán Ramírez), Ismene (Andrea Locord), y el guardián (Joaquín Herrera). Sin embargo, el que sobresale es Ignacio Escárcega quien interpreta con mucha elegancia a un Creonte, el villano que se revela poco a poco como el protagonista oculto y en quien recae al final el peso dramático de la obra. Su interpretación es sutil y amenazante al mismo tiempo y nos entrega los mejores momentos de esta puesta en escena.


Así, “Sin lugar para la paz. Antígona” cierra una temporada interesante en la que los espectadores pueden reflexionar nuevamente sobre la función del mito en las sociedades occidentales y en las narrativas con las que nos contamos las tragedias que rodean a la especie humana en la actualidad. La obra tendrá una nueva ronda de presentaciones a finales de año y se antoja como un reestreno imperdible.


2 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo
bottom of page